Una carrera repleta de elogios y triunfos, puede sentirse como un gran fraude cuando las personas que lo viven con dudas de sí mismos y se preguntan constantemente si son merecedoras del éxito cosechado.

Es importante saber, que si alguno de los empleados de tu empresa manifiesta este tipo de sentimientos, puede que se encuentre frente al conocido Síndrome del impostor.

Pero, ¿qué es realmente? Te invitamos a seguir leyendo para conocer todos los detalles sobre este trastorno, de qué se trata, cómo detectarlo en tu equipo y de qué manera superarlo.

¿Qué es el Síndrome del impostor?

También conocido como Síndrome del farsante, se refiere a un trastorno psicológico en el que personas que tienen éxito, minimizan y subestiman el mismo, siendo incapaces de asimilar y valorar sus propios logros.

Es una sensación de malestar emocional cuando una persona desmerece el puesto en el que está y sus resultados.

Una de las características principales de este trastorno, es que las personas que lo sufren, llegan a pensar que en su vida todo es cuestión de suerte y que nada de lo que les sucede es merecido, sintiendo que engañan todo el tiempo a quienes los rodean.

¿Cómo detectar este tipo de síndrome en tu equipo?

Es más común de los que parece enfrentarse en numerosas ocasiones a este tipo de trastornos, especialmente en las áreas de gestión de talento, pero… ¿cómo detectarlo?

Para comenzar, te sugerimos hacerte y hacer a tus colaboradores los siguientes interrogantes:

  • A pesar de demostrar que en tu vida profesional tienes capacidad, ¿estás convencid@ de que no mereces el éxito que lograste?
  • ¿Tienes inseguridad crónica?
  • ¿Te cuesta recibir de manera abierta elogios?

Te en cuenta, que los impostores o quienes padece del síndrome del fraude, rechazan cualquier tipo de reconocimiento de éxito lo que termina afectando de manera directa a su carrera profesional, así como también, al equipo de colegas que trabajan en la misma empresa y/o área.

¿Cómo superar el síndrome del impostor?

Para combatir este síndrome, no significa que haya que ignorar las emociones. La mejor manera de revertir esta situación es asumir que existe este trastorno y validar que es normal, que puede ocurrir para poder enfocarse en buscar evidencias y darse cuenta que son solo ideas y no hechos.

Cuando las emociones se externalizan, siempre se puede encontrar a alguien en la misma situación con quien compartir el sentimiento y trata de buscar el origen del problema y la manera de solucionarlo.

Una técnica muy eficaz para combatir el síndrome del impostor, es armar una lista de fortalezas, reconocer los logros y el esfuerzo que supuso lograrlos, conservando la humildad y las ganas de mejorar.

Preocúpate por saber cómo se sienten tus colaboradores y trata de anticiparte a estos sentimientos negativos, creando climas de trabajo agradables y bienestar en todos los ámbitos.

Te invitamos a permanecer atento a nuestro blog para descubrir muchos más contenido de valor para tu negocio.