¿Eres feliz en tu trabajo? ¿Te emociona cada labor que te asignan?
Si respondes sí a estas preguntas, eres una persona afortunada que ha encontrado alegría y entusiasmo en su empleo.
Si en cambio te arrastras a la oficina cada día, anhelando que llegue el fin de semana, quizá sea momento de hacer un alto y entender qué te impulsa a ir todos los días a ese lugar que elegiste para trabajar.
Lo primero que el trabajador debe reconocer es qué lo motiva, por ejemplo, un plan de carrera dentro de la empresa o contar con un equipo colaborador.
La idea es que todo lo relacionado al entorno laboral genere un estado emocional positivo en el individuo, que lo impulse a llegar a su lugar de trabajo feliz y dispuesto.
Hay dos tipos de fuerzas o motivaciones que empujan a un empleado a hacer su trabajo, una está relacionada con la empresa en la que se labora, conocida como motivación interna. Qué hace la empresa, cuáles es la visión, misión y valores, que influyen para el colaborador trabaje ahí.
La otra es la motivación externa, relacionada con lo que la persona se ha propuesto como metas personales, es decir, lo que quiere alcanzar.
La fórmula motivación interna + motivación externa tendrá como resultado un colaborador feliz y productivo. Seguir esta fórmula ayuda a que la persona aprenda a manejar sus estados de ánimo y se enfoque en aquello que le gusta.
Factores que influyen en el desánimo
Los tiempos de crisis y la sobrecarga laboral pueden afectar negativamente el rendimiento de un trabajador, aunque si se está entusiasmado trabajar de más no es un inconveniente.
Existen otros factores que pueden afectar la motivación laboral, y tienen que ver con jefes hostiles, que no dan indicaciones claras y apenas reconocen a sus empleados y también con compañeros tóxicos.
Un desánimo colectivo a causa de alguna palabra como por ejemplo “aquí nadie nos valora”, puede producir estrés, ansiedad y baja productividad.
Directivos y jefes debe estar alertas cuando un empleado se sienta altamente desmotivado. Generalmente ocurre cuando se ausenta con frecuencia por numerosas discapacidades. Por supuesto que hay casos en los que los trabajadores si están enfermos de verdad, pero si las incapacidades son frecuentes o el trabajo es deficiente, es hora de conversar directamente con ellos para entender lo que sucede y buscar formas de apoyarlos.
Es importante que aunque no exista un clima tenso, las organizaciones trabajen de cerca con los colaboradores para evitar ambientes de depresión.
Por otro lado, hay factores que sí podemos controlar y que también pueden influir en una marcada desmotivación laboral, entre ellos están la mala alimentación, el sedentarismo, las escasas actividades extra laborales, la sobrecarga de tareas, entre otras.
Algunas prácticas tan simples como comer más sano, hacer ejercicio físico y tener relaciones laborales amigables genera mejores climas laborales.
Por último, es bueno que las empresas realicen actividades de Responsabilidad Social empresarial o de voluntariado, con el fin de nutrir a los equipos.
Alegría laboral
Los beneficios que se obtienen cuando los empleados están motivados y felices de hacer sus tareas son numerosos y van desde una mayor productividad y buenas relaciones entre equipos y jefes hasta la generación de nuevas líneas de negocio.
Los empleados motivados y felices tienen constantemente nuevas y buenas ideas.
Otra ventaja importante es el ahorro en las operaciones, porque los colaboradores cumplen su trabajo en el tiempo reglamentario y sin necesidad de pagarles horas extra, y además la reducción de ausencias por enfermedad es notable.